domingo, 31 de agosto de 2008

Alicia Gimenez Bartlett, Nido vacio


Me ha dado una sorpresa esta escritora, la verdad es que no la conocía pero tuve la suerte de encontrar este libro suyo en la librería del lugar dónde veraneo. Es una tienda pequeña, más orientada a revistas, por lo que no había mucho dónde elegir, así que me decidí por probar algo nuevo. Tuve suerte y acerté.

Es una novela policíaca, tercera entrega de la Inspectora Delicado (Je, je ya tengo otros dos libros que leer). Algunos que me seguís ya sabéis cual es el estilo de novela policíaca que me gusta y la Inspectora Petra Delicado sigue una línea parecida a la del sargento Bevilacqua de Lorenzo Silva, o del comisario Brunetti de Donna Leon.

En este caso la acción transcurre en Barcelona, dónde está destinada la inspectora. Toda la acción comienza por el robo de una bolso, el suyo propio, en el que estaba la pistola reglamentaria de la inspectora. La investigación va pasando por distintas fases que hacen muy entretenida la novela.

Poco más os puedo contar de la trama, como siempre prefiero que todo sea una sorpresa, el estilo es realista como a mi me gusta (sin los alardes de tiroteos y CSIs de muchas novelas norteamericanas), gente de la calle haciendo su trabajo diario (en este caso policías).

El único pero, pequeño, es el desenlace, me parece demasiado cogida por los pelos la deducción final que hace la inspectora para ver la luz de quien es el culpable.

No se vosotros pero yo como os he dicho antes ya estoy pidiendo los dos libros anteriores de la saga.

Puntuación (de 0 a 10): 7
Clasificación: Novela policíaca
Ratio Paginas: Bien, no se hace pesada.
Fecha Lectura: Agosto 2008

1 comentario:

Francesc dijo...

Con este libro hice lo mismo, me dejé asesorar por tus comentarios y…. me gustó su lectura fácil, amena e interesante; las descripciones de las diferentes situaciones y de la ciudad de Barcelona son muy correctas y nada cargadas, te ubicas perfectamente en la acción.
Efectivamente son personas haciendo su trabajo con sus problemas personales cotidianos.
Coincido contigo en el desenlace, muy justito…
Gracias por tus crónicas.